Marco Urbano Gaviria, con lugar de nacimiento en la vereda El Carmen, municipio de Isnos, pero con registro civil y eclesiástico en San Agustín, llegó a Pitalito junto a sus padres y hermanos que se radicaron en el barrio Libertador de Pitalito.

En Pitalito estudió su primaria en la escuela pública, hizo su bachillerato en la Escuela Normal de Pitalito, para luego desempeñarse como docente en una escuela de la vereda San Antonio del Pescado en el municipio de Garzón.

Desde temprana edad optó por el comercio y administró una tienda de víveres en el barrio Libertador, para financiar el comienzo de sus estudios superiores en la Universidad Surcolombiana, de donde es egresado como Contador.

En su trasegar diario, encontró un espacio en la política, siendo elegido concejal de Pitalito en dos ocasiones, para luego aspirar a la Asamblea del Huila, sin éxito en la búsqueda de una curul.

Luego se dedicó a la asesoría de empresas y entidades municipales durante varios años, llegando finalmente al cargo de jefe de la Oficina de Control Interno Administrativo del municipio de Pitalito, donde ejerció por cuatro años.

Desde mediados del año pasado viene trabajando en su propósito de postularse oficialmente como candidato a la alcaldía de Pitalito avalado por firmas.

Está con su equipo de apoyo recolectando las más de 21 mil firmas necesarias para inscribirse ante la Registraduría como candidato por un grupo significativo de ciudadanos.

Tiene como meta, hacer una campaña austera pero llena de expectativas en torno a la generación de amplias masas de simpatizantes que le den el triunfo en las elecciones del 29 de octubre próximo.

Marco Antonio Urbano Gaviria, de origen conservador, ha conformado un equipo de apoyo integrado por profesionales que le asesoran en la construcción de su programa de gobierno, basado en el panorama para el desarrollo del municipio.

“Será un programa de gobierno, acorde a los requerimientos actuales y futuros del municipio”, dijo Urbano Gaviria al programa ‘Venga Hablemos’.

La recolección de firmas, lo hace con un grupo de voluntarios y espera cumplir la meta en los dos meses que restan dentro del plazo estipulado por la Registraduría.