En agosto, el DANE informó que la variación anual del Producto Interno Bruto para el 2T23 fue de 0.3%, como evidencia una desaceleración económica que ha sido influida por varios factores, incluyendo los altos niveles de precio de la canasta familiar, las altas tasas de interés, la volatilidad del dólar y la incertidumbre política.

La inflación creció en junio 11.79%, por cuarto mes cayó la canasta familiar, ante las menores presiones inflacionarias, especialmente del grupo de alimentos. El Banco de la República no tomó decisiones de tasa de interés en agosto, por lo que se mantuvo en 13.25%.

Esperamos que los precios al consumidor sigan moderando. El registro de agosto crecería un 11.13% anual (0.42% mensual), dadas las menores presiones inflacionarias en alimentos. Así creemos que el emisor se mantendrá en el 13.25%, pues, de mantenerse las condiciones actuales, habría espacio para que, una vez contenida la inflación, el emisor apoye el crecimiento a partir del 4T23.

En el entorno internacional, la inflación global continúa registrando una mejora continua. Si bien los discursos de los hacedores de política han convencido a los participantes del mercado de que el emisor está comprometido con su objetivo de controlar la inflación, la publicación de datos económicos empieza a restar probabilidades de incremento de tasas de interés.

*Docente Universidad Surcolombiana - sede Pitalito