Domingo, 05 Marzo 2023 21:26

"UN TRAGUITO POR LA REINA": LA FINANCIACIÓN DE ATALAYA AGUSTINIANA

Escrito por OLMEDO POLANCO, profesor investigador Universidad Surcolombiana
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La mujer, representada en la teatralidad de reina, fortaleció el poder de la iglesia católica en San Agustín (Huila). La emisora Atalaya Agustiniana se financió con la venta de aguardiente medido por la belleza juvenil en copas de cristal. Primera parte.

En el almacén de Rosana Vargas Murcia, una sensación de fragancia suave con notas frescas y amaderadas. La estantería de madera contenía, en estricto orden, telas multicolor envueltas en tabletas de cartón. Terlenka sin arrugas, que se usaba en la confección de los típicos pantalones acampanados. Además, popelinas, sedas y telas satinadas. En el ambiente, aroma de estreno, fragancia vespertina en casa de modista.

Sobre el mostrador de madera, un metro adherido. Rosana medía con precisión de honestidad el tamaño del corte que sostenía con dulzura entre sus dedos índice y pulgar. Un espectáculo visual cuando aconsejaba el tono del hilo. Ella exponía sobre el mostrador al mismísimo arcoiris contenido en cajoncitos de cartón. Exhibición de hilos Cadena y Anchor. Encima del corte de tela se comprobaba el tono exacto de la fibra que cosería las piezas. “¡Me llevo este!”, decían Emilia Cuspián Núñez u Olga Plazas Mazabel, las modistas en San Agustín. Mi hermana Nohora recuerda que también cosían: Lorenza Imbachi, Roxana Vargas de Burbano y María López. Además de, Herminia Burbano, Bárbara Claros y Tulia Anacona.

Las reinas y su fe

El sacerdote Jorge Eduardo Vargas Mesa tomó posesión de la parroquia de San Agustín en febrero de 1968. A su cargo, la continuidad del proyecto evangelizador en la cabecera municipal y en las veredas distribuidas en más de 1.300 kilómetros cuadrados. Una población cercana a los 20 mil habitantes. Relieve montañoso y de difícil acceso. El dirigente conservador, Luis Eduardo Sánchez Muñoz, aportó un caballo de buena pisada que mantendría firme al sacerdote Vargas Mesa en su cruzada.

La reina que obtuvo la corona con los más altos aportes para la financiación de la emisora

En sesión inaugural, el concejo municipal acogió al reverendo Vargas Mesa. Según la institución, de mayoría conservadora, el párroco tenía méritos suficientes para conducir al pueblo por el camino espiritual. (Archivo Histórico de San Agustín. Proposición No. 012 del Concejo Municipal, presentada por el concejal Eduardo Motta. 1968).

En los años 60, en San Agustín (Huila), había dos medios de información: la corneta municipal (administrada por la Alcaldía) y un cinematógrafo. La Jefatura Civil y Militar del Huila enviaba en rollos el noticiero “Colombia al día”. El informativo era producido por la Sección Cinematográfica de la Presidencia de la República. Los habitantes asistían a conciertos de músicas colombianas, obras de teatro, riñas de gallos y a funciones de circos ambulantes. (Archivo Histórico de San Agustín. Oficio remitido por el capitán Marino Viveros, Ayudante de Jefatura, dirigido al alcalde municipal. Neiva, abril 30 de 1957).

Hace años conversé con monseñor Vargas Mesa (Entrevista a Monseñor Jorge Eduardo Vargas Mesa. Garzón, septiembre 8 de 2004). Me contó que desde 1968 le rondaba la idea de crear una emisora de radio. Debía tener contacto diario con la feligresía. Frente al reto evangelizador y la extensión territorial del municipio, le interesaba comunicarse mejor con su “rebaño”. Las únicas veredas integradas por vía carreteable estaban en dirección hacia Pitalito. Cerca de la carretera las comunidades de La Florida, Matanzas, El Playón, El Cabuyo y La Arenera.

Según el padre Vargas, la radio era el medio ideal porque para él la vida de su iglesia dependía de la divulgación de la palabra divina. “Sentí la necesidad de emprender la fundación de una emisora que fuera instrumento de mi labor pastoral, al tiempo que podría estar en permanente comunicación con mis feligreses y llegar a los últimos extremos de la parroquia con el mensaje del evangelio”. Sólo había que buscar el dinero para hacer posible el milagro.

En esta semana, el historiador Ramiro Rengifo Cano, me contó que un comité central de festejos atendió el llamado del padre Vargas. Sumaron a la causa: Luis Eduardo Sánchez Muñoz, Hernando Ibarra, Edgar Muñoz, Alba Diela Calderón, Armida Ibarra y Gilma Burbano. Coordinaba, Lucrecia Muñoz Alvear. Reforzaron el equipo Carlos Gómez Ortiz y el profesor Carlos Ramón Repizo Cabrera. Algo faltaba. Había que sumar mujeres a la causa religiosa.

En la flor de la juventud: Lucero Parra y Clara Torres, por el barrio San Martín; Aura Teresa Montenegro y Aura Luz Lozano, representaban al barrio San José; Fanny Molina y Cecilia Burbano, por San Antonio; Alba Leonor Obando, Esperanza Vargas, Diva Moreno, Blanca Salamanca y Elena Polanía, eran las más chuscas del Perpetuo Socorro; Flor Ángela Motta, Luz Ángela Velasco, Ana Did Forero, Edilma Lebaza, Gloria Mazorra y Clara Castro, las bellezas de Santa Teresita. Aparecieron las reinas. Los nombres de los territorios urbanos inscritos en bandas brillantes. La cinta de tela caía desde el hombro derecho y, en diagonal, cubría el torso de la beldad. Al tiempo que adornaba el cuerpo, identificaba la procedencia de la reina. También la nombraba.

“Un traguito por la reina”: la financiación de Atalaya Agustiniana 7 5 marzo, 2023
Aspecto de un desfile de reinas en San Agustín.

Almacén, trago y música criolla

En el almacén de Eladio Luna se escuchaban pasillos, bambucos, rumbas criollas y torbellinos. Le acompañaban con tiple y guitarra los músicos Jesús Tello, Agustín Pérez y Jesús Antonio Peña. Eladio soltaba la bandola para atender a las costureras. Preguntaban por rollos de cinta Ilusión. Una tela angosta y delgada, de apariencia satinada, suave al tacto y duradera. La materia prima daría forma a las insignias. Un elemento decorativo en forma de moño sencillo, sostenido por un alfiler.

Imposible resistirse a la invitación de la reina

Las popelinas vestían la juventud de las reinas populares. Una combinación de poliéster y algodón daban forma a telas delgadas, versátiles, frescas y cómodas. El comité del barrio acompañaba a la reina. Su amiga más cercana se encargaba del tarro de galletas forrado con papel regalo. El recipiente contenía las insignias. En la calle la reina abordaba al transeúnte. El hombre cambiaba por billetes la amabilidad representada en tragos de aguardiente servidos en copas sencillas o dobles. Encima del bolsillo el moño aplicado con dulzor y coquetería. En el espacio olfativo un tufillo a alcohol mezclado con Piel Roja.

Los recaudos en 1970 sumaron $90.937. Se originaron en colectas veredales por $6.059. Los reinados en los barrios aportaron $32.903; un auxilio del gobernador Augusto Paredes Tamayo por $20.000; el reinado campesino y las misiones adelantadas por el padre Vargas: $20.974. Un préstamo del Banco Cafetero de Pitalito por $11.000.

Los terrenos de la emisora donde funcionarían las instalaciones de transmisores y la antena de retransmisión, habían sido donados por Aura Guzmán. El terreno adyacente a la carretera de ingreso a transmisores, en la vía hacia el Parque Arqueológico, fue comprado a Tránsito Álvarez de Ortiz.

“Un traguito por la reina”: la financiación de Atalaya Agustiniana 8 5 marzo, 2023
Parte del comité organizador del reinado: Carlos Ramón Repizo Cabrera, Eduardo Motta, la reina Gloria Mazorra y su padre. El sacerdote Jorge Eduardo Vargas Mesa. Abajo, Luis Eduardo Sánchez Muñoz y su hijo Nelson. Cortesía: Luz Marina Canencio.

En las actividades de apoyo a la iniciativa de la iglesia católica, también ayudó la comunidad a través de desfiles de ladrillos y aportando jornales durante la construcción del área de transmisores. Entre los archivos personales de Tirso Antonio Polanco aparece que “Los estudiantes de bachillerato y los niños de las escuelas participaron en desfiles con ladrillos, los adultos organizaron bazares en el pueblo y en las veredas, las mujeres instalaron toldos en la plaza para vender empanadas y masato. Los feligreses dieron limosnas”. (Entrevista a Tirso Antonio Polanco. San Agustín, septiembre 6 de 2004).

El padre Vargas había dicho a su feligresía que: “sería un honor para las comunidades”, trabajar para el nuevo medio de comunicación (Archivo Histórico de San Agustín. Oficio de la Alcaldía municipal, mayo 7 de 1968). La reina ganadora, elegida entre las señoritas del campo y del pueblo, sería la que más dinero acumulara.

Ganó el reinado municipal la señorita Esperanza Vargas. El padre Vargas recibió el dinero impregnado del sudor ácido de los bebedores de alcohol. Vestía una sotana negra con aroma a naftalina. Olor a santidad. Estaba impecable. Me contaron que en el ambiente había aroma dulce de loción Old Spice de Shulton.

La radiodifusora Atalaya Agustiniana nació el 26 de septiembre de 1970. (1.460 AM, indicativo de llamada: HJFL, 1 Kilovatio de potencia). Inició labores con la misión de “Difundir la verdad, descubrir los peligros y defender los principios cristianos”. (Vargas Mesa, Jorge Eduardo. Reseña histórica de la emisora Atalaya Agustiniana, desde su fundación. San Agustín, septiembre de 1995. Folleto sin paginación).

Financiación de la emisora Atalaya Agustiniana. 1969

Fuente Cantidad
Bazares $ 29.730
Donaciones particulares $12.500
Reinado Campesino $6.410
Auxilio del Gobernador Héctor Alcides Perdomo $20.000
Reinado del San Pedro $4.500
Instituto Colombiano de Antropología (ICAN) $5.000
Maximino Burbano $4.500
TOTAL  $82.640 

Fuente: Archivo Histórico Emisora Atalaya Agustiniana, 1975.

Financiación de la emisora Atalaya Agustiniana. 1971

Fuente  Año  Cantidad 
Gobierno Nacional /Apoyo Publicitario 1971 $100 .000
Crédito Banco Cafetero/Pitalito 1972-1794 $15.000
Préstamo de la parroquia 1972-1974 $32.000
Donación Episcopado y Católicos de Alemania – ADVENIAT 1972-1974 $136.631
TOTAL    $ 283.631 

   Fuente: Archivo Histórico de San Agustín. Tesorería municipal, Mayo 20 de 1972

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