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Sábado, 11 Enero 2025 00:00

APRENDER A ORAR PERSISTETEMENTE (1)

Versículos de la Biblia

Lucas 18:1-8 También les dijo Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viviendo de continuo, me agote. Y dijo el Señor: Oíd lo que dice el juez injusto. ¿Y acaso Dios no hará justicia a Sus escogidos, que claman a él día y noche aunque los haga esperar? Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?

Palabras del ministerio
(Parte 1 de 2)

La viuda mencionada en el versículo 3 representa a los creyentes. En cierto sentido, los que creen en Cristo en esta era son una viuda, porque Cristo el Esposo de ellos (2 Co. 11:2) está ausente. En esta parábola el Señor indica que los creyentes tienen un opositor, que es Satanás, el diablo, de quien Dios debe vengarnos. Debemos orar con persistencia por esta venganza, y no desanimarnos. En realidad, el Señor no está ausente. Sin embargo, durante Su aparente ausencia, somos una viuda a quien su adversario molesta todo el tiempo.

Mientras nuestro adversario nos persigue, parece ser que nuestro Dios no es justo, porque permite que Sus hijos sean perseguidos injustamente. Por ejemplo, Juan el Bautista fue decapitado; Pedro fue martirizado; Pablo fue encarcelado, y Juan fue exiliado. A través de los siglos, miles y miles de fieles seguidores del Salvador- Hombre sufrieron persecución injusta. Incluso hoy somos maltratados injustamente. Da la impresión de que nuestro Dios es injusto, ya que no interviene para juzgar ni para vindicarnos.

Debido a esta situación, en 18:1-8 el Salvador-Hombre usa el juez injusto para representar a Dios, pues parece que Él no hace nada por Su pueblo perseguido. ¿Qué haremos cuando somos perseguidos y al parecer nuestro Dios no está vivo ni presente ni es justo? En esta parábola aprendemos a ser una viuda molesta que ora a Dios persistentemente. Aparentemente, el Señor no está presente ni le importa, parece que no es justo. No obstante, he aprendido que tenemos que molestar a Dios orando y que tenemos que orar persistentemente sin desanimarnos.

Viernes, 10 Enero 2025 00:00

LIMPIA A DIEZ LEPROSOS DE SAMARIA

Versículos de la Biblia

Lucas 17:11-19 Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros! Cuando Él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados. Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, y se postró en tierra a Sus pies, dándole gracias: y éste era samaritano. Respondiendo Jesús, dijo: ¿No fueron diez los limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? ¿No se ha hallado quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero? Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha sanado.

Palabras del ministerio

En 17:11-19 se relata que el Salvador-Hombre limpia a diez leprosos en Samaria. El Señor, no seleccionó, sino que sanó inmediatamente a todos. En realidad, Él no les dijo: “¡Sed sanos!” sino que dijo: “Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados”. Sólo uno de los diez sanados, un samaritano, se acordó de Aquel que le sanó y regresó para agradecerle (vs. 15-16). Lo importante de este relato es que revela el más alto nivel de moralidad que hay en la gracia salvadora del Señor.

En el capítulo diez del Evangelio de Lucas mientras el Señor iba de paso por Samaria, fue rechazado. El Señor debió darse cuenta de que la mayoría de los diez leprosos mencionados en 17:11-19 eran samaritanos. Si yo hubiera sido el Señor, quizás habría dicho: “Vosotros, samaritanos me rechazasteis y ahora venís a Mí para que os sane. Arrepentíos del mal que me hicisteis y disculpaos, y entonces os sanaré”. Sin embargo, el Salvador-Hombre no actuó así, sino en el más alto nivel de moralidad ejercitó Su gracia salvadora. Tan pronto como los diez leprosos apelaron a Su misericordia, los sanó a todos ellos sin mostrar ninguna preferencia. Esto exhibe Su elevado nivel de moralidad en Su obra salvadora.

Jueves, 09 Enero 2025 00:00

NO OFENDAMOS, PERDONEMOS

Versículos de la Biblia

Lucas 17:1-4 Dijo Jesús a Sus discípulos: Imposible es que no vengan tropiezos; mas ¡ay de aquel por quien vienen! Más provechoso le sería que se le atase al cuello una piedra de molino y se le arrojase al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos. Mirad por vosotros mismo. Si tu hermano peca, repréndele; y si se arrepiente, perdónale. Y si siete veces al día peca contra ti, y siete veces vuelve a ti, diciendo; Me arrepiento perdónale.

Palabras del ministerio

Ofender a los demás es un asunto muy grave en la vida de iglesia, en el servicio que se rinde a la iglesia y en el ministerio del Señor. A veces parece que podemos hacer mucho. No obstante, podemos derribar más de lo que edificamos. Este es el resultado de hacer tropezar a los demás. Cuando yo era joven me dieron la siguiente amonestación: “No lleve a cabo la obra del Señor de manera que usted edifique un metro y luego, derribe dos”. Según esta amonestación, es posible que primero edifiquemos y luego, derribemos más de lo que hayamos edificado. Esto es lo que hacen algunos que sirven al Señor. Por un lado, han hecho mucho por el Señor, pero por otro, han derribado bastante, tal vez más de lo que han edificado. Necesitamos aprender de esto, para que no hagamos tropezar a los demás y así no derribar lo que se ha edificado. Debemos tener cuidado de no causar daño a los demás, ni ofenderles ni hacerles tropezar.

Si alguien nos ofende, tenemos que estar dispuestos a perdonar, pues de esa manera no tendremos problemas con los demás. Según lo que dice el Señor en 17:4, aunque un hermano peque contra nosotros siete veces al día, debemos estar listos para perdonarle. Tan pronto como perdonamos a alguien, dejamos de estar ofendidos. Pero si no perdonamos, seguiremos ofendidos. Quiero decir que el perdón anula las ofensas.

Supongamos que un hermano le ofende, y usted le perdona. Al hacerlo, usted anula la ofensa que él le causó. Entonces no habrá problema entre ustedes dos. Sin embargo, si este hermano le ofende y usted no está dispuesto a perdonarle ni a olvidarse de la ofensa. Esto causará problemas, especialmente a usted, puesto que estará metido en un enredo por estar ofendido. Así que, no debemos hacer tropezar a los demás, y también debemos evitar ser ofendidos. Necesitamos tener cuidado y cautela para no ofender a los demás. Al mismo tiempo, debemos estar siempre dispuestos a perdonar a los demás.

Versículos de la Biblia

Deuteronomio 15:10 Sin falta le darás, y tu corazón no estará descontento cuando le des; porque por ello te bendecirá Jehová tu Dios en todos tus hechos y en todo lo que emprendas.

Malaquías 3:10 Traed todo el diezmo al alfolí para que haya alimento en Mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, a ver si no os abriré las ventanas de los cielos y derramaré sobre vosotros bendición tal que no haya donde quepa.

Palabras del ministerio
(Parte 3 de 3)

Animo a los jóvenes en particular, a que aprendan a dar una porción de sus ingresos al Señor. Jóvenes, ustedes deben empezar esto inmediatamente después de graduarse, cuando comiencen a trabajar. Den al Señor una porción del primer sueldo que reciban. Puedo testificar que cuando yo era joven, practicaba esto. Cuando recibí el primer sueldo, aun siendo un estudiante pobre, aparté una porción para el Señor. Quizás algunos de nosotros nunca hayamos considerado esto. Por lo tanto, animo a todos los santos, especialmente a los jóvenes, a que den al Señor una porción del dinero que ganen. Si hacemos esto, aprenderemos a manejar nuestro dinero apropiadamente.

Los que dan al Señor fiel y regularmente pueden testificar que cuanto más dan, más reciben. Para nosotros los cristianos, ser ricos es dar. La manera de recibir es dar. El Señor mismo dijo: “Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, se os volverá a medir” (6:38). Aquí vemos claramente que dar es la manera de recibir.

Según las estadísticas que he estudiado y los testimonios que he oído, cuanto más damos al Señor, más podemos dar. Por ejemplo, si usted da el diez por ciento en un año, el año siguiente podrá dar el veinte por ciento. Si usted es fiel en dar una suma más alta, podrá dar aún más el año siguiente. El principio radica en que cuanto más demos, más podremos dar. Cuando algunos oigan estas palabras acerca de la fidelidad y de dar, tal vez digan que no tienen suficiente fe para dar regularmente. En realidad, esto no es un asunto de fe, sino de práctica, y nuestra práctica se basa en la fe del Señor y en Su fidelidad

Versículos de la Biblia

Lucas 16:10-13 El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también lo más es injusto. Pues si en las riquezas injustas no habéis sido hallados fieles, ¿quién os confiará lo verdadero? Y si en lo ajeno no habéis sido hallados fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro? Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o se apegará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.

Palabras del ministerio
(Parte 2 de 3)

La expresión lo muy poco (v. 10) se refiere a las riquezas, las posesiones de esta era; La expresión lo verdadero (v. 11) se refiere a las verdaderas posesiones en la era del reino venidero. Dios en Su economía neotestamentaria no desea que los creyentes se preocupen por los bienes materiales. Aunque las cosas materiales de este mundo fueron creadas por Dios y le pertenecen a Él (1 Cr. 29:14, 16), se corrompieron por la caída del hombre (Ro. 8:20-21) y fueron usurpadas por Satanás, el maligno (1 Jn. 5:19); por esto, pertenecen al hombre caído y son injustas (v. 9). Aunque Dios provee a los creyentes diariamente de lo necesario dándoles cosas materiales de esta era (Mt. 6:31-33), y les encomienda como mayordomos Suyos una porción de bienes materiales para el ejercicio y aprendizaje de ellos a fin de probarlos en esta era, ninguno de estos bienes debe ser considerado de ellos hasta la restitución de todas las cosas en la era venidera (Hch. 3:21). Sólo entonces los creyentes heredarán el mundo (Ro. 4:13) y tendrán una posesión perdurable (He. 10:34) para sí. En esta era ellos deben ser fieles con los bienes materiales y temporales que Dios les ha dado, para que aprendan a ser fieles con su posesión eterna en la era venidera.

El Señor indica que servir al Señor requiere que le amemos, dándole nuestro corazón, y que nos aferremos a Él, dándole todo nuestro ser. De este modo somos librados de la ocupación y usurpación de las riquezas, de modo que podamos servir al Señor completa y cabalmente. Aquí el Señor recalca que para servirle, tenemos que vencer las riquezas de injusticia que nos seducen y engañan. En el versículo 13 vemos que las riquezas están en rivalidad con Dios y compiten con Él. Debido a esto, son malignas. Por nuestra parte, no podemos servir a dos señores, o servimos a Dios o a las riquezas. Este es un asunto muy serio.

Versículos de la Biblia

Lucas 16:1-9 Dijo también a los discípulos: había un hombre rico que tenía un mayordomo, y éste fue acusado ante él como disipador de sus bienes. Entonces le llamó, y le dijo: ¿Qué es esto que oigo acerca de ti? Da cuenta de tu mayordomía, porque ya no podrás más ser mayordomo. Entonces el mayordomo dijo para sí: ¿Qué haré, pues mi amo me quita la mayordomía? Cavar, no tengo fuerzas; mendigar, me da vergüenza. Ya sé lo que haré para que cuando se me quite de la mayordomía, me reciban en sus casas. Y llamando a cada uno de los deudores de su amo, dijo al primero ¿Cuánto debes a mi amo? Él dijo: Cien medidas de aceite. Y le dijo: Toma tu cuenta, siéntate pronto, y escribe cincuenta. Después dijo a otro: Y tú, ¿cuánto debes? Y él dijo: Cien medidas de trigo. Él le dijo: Toma tu cuenta, y escribe ochenta. Y alabó el amo al mayordomo injusto por haber obrado sagazmente; porque los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con los de su generación que los hijos de luz. Y Yo os digo: Ganad amigos por medio de las riquezas de injusticia para que cuando éstas falten, os reciban en los tabernáculos eternos.

Palabras del ministerio
(Parte 1 de 3)

La parábola referente al mayordomo prudente es sencilla y breve; sin embargo, contiene un punto enigmático, pues el Señor usa a un mayordomo injusto para demostrar el servicio de un mayordomo en la casa de Dios. Como veremos, esto no quiere decir que el Señor nos enseñe que seamos injustos en nuestro servicio. Lo crucial es la prudencia del mayordomo. En los versículos 5-7 vemos que el mayordomo despedido, mientras todavía estaba en la casa, tomó la oportunidad de hacer algo por otros a fin de que más adelante, ellos pudieran hacer algo por él. En esto consistió la prudencia del mayordomo. En el versículo 8 el Señor no nos enseña a ser injustos, sino a ser prudentes, es decir, a actuar en el momento oportuno y aprovechar las oportunidades que se nos presenten.

Ganar amigos por medio de las riquezas (v. 9) es ayudar a otros usando el dinero conforme a la dirección de Dios. Las riquezas, es decir, el dinero, pertenecen al mundo satánico. El dinero es injusto en su posición y su naturaleza. El mayordomo de la parábola fue prudente en su acto injusto. El Señor nos enseña a nosotros Sus creyentes a ser prudentes en el uso de las riquezas injustas. En el versículo 9 el Señor dice que si ganamos amigos por medio de las riquezas de injusticia, cuando éstas falten, seremos recibidos en los tabernáculos eternos. Los tabernáculos eternos son las moradas eternas, en las cuales los creyentes prudentes serán recibidos por aquellos que recibieron el beneficio de su prudencia. Esto se cumplirá en la edad del reino venidero. Cuando el Señor vuelva y nos reciba en Su reino, algunos de nosotros tendremos un grupo de personas que nos recibirá. ¿Quiénes serán los que nos darán la bienvenida? Los que se beneficiaron de nuestro uso prudente del dinero en esta era.

Déjeme darles un ejemplo breve de esto. Supongamos que usted usa una suma de dinero para publicar folletos evangélicos con el propósito de conducir personas al Señor. Los que reciban el beneficio le darán la bienvenida en el futuro. Puede que digan: “Hermano, queremos que sepa que fuimos salvos por uno de los folletos que usted pagó”. Este es un ejemplo de ser recibido en las moradas eternas por los que participaron del beneficio de nuestra prudencia.

Versículos de la Biblia

Lucas 13:18-19 Decía, pues: ¿A qué es semejante el reino de Dios, y con qué lo compararé? Es semejante a un grano de mostaza, que un hombre tomó y echó en su huerto; y creció, y se hizo árbol, y las aves del cielo anidaron en sus ramas.

Palabras del ministerio

Hasta ahora, lo que el Señor había dicho referente al reino en Lucas era positivo. Pero aquí habla con los discípulos acerca del reino de manera negativa, al enseñarles en cuanto al reino, que es como un grano (vs. 18-19) y como levadura (vs. 20-21). En los versículos 18 y 19 el Señor dijo: “¿A qué es semejante el reino de Dios, y con qué lo compararé? Es semejante a un grano de mostaza, que un hombre tomó y echó en su huerto; y creció, y se hizo árbol, y las aves del cielo anidaron en sus ramas”. El hecho de que este grano de mostaza crezca y se haga un árbol indica que no crece normalmente. Según Génesis 1, lo que Dios creó fue creado conforme a su género. Por ejemplo, un manzano debe ser del género del manzano. Pero este grano de mostaza no creció según su género, sino que se convirtió en otro género. Esto quiebra el principio ordenado por Dios en Su creación. Si vemos esto, no interpretaremos esta parábola de manera positiva.

Algunos enseñan que el hecho de que la mostaza se hiciera un árbol grande indica un desarrollo positivo. Pero se ve en la historia del cristianismo que el desarrollo no ha sido positivo. De hecho, esta parábola es una profecía que se cumplió en la historia del cristianismo. En realidad, el cristianismo de hoy no se ha desarrollado conforme a su género. La iglesia, que es la corporificación del reino en la tierra, debe ser como una hortaliza que produce alimento, pero se convirtió en un árbol, un nido de aves. Esto significa que, en contra de la ley de creación que toda planta debe dar fruto según su género, su naturaleza y su función cambiaron. Esto sucedió cuando Constantino el Grande unió la iglesia con el mundo en la primera parte del siglo cuarto e introdujo en el cristianismo a millares de creyentes falsos, y lo convirtió en el sistema de la cristiandad, haciendo que dejara de ser la iglesia. Por lo tanto, esta parábola corresponde a la tercera iglesia de las siete mencionadas en Apocalipsis 2 y 3, la iglesia de Pérgamo (Ap. 2:12-17). La iglesia, según su naturaleza celestial y espiritual, debe ser como la mostaza, debe ser peregrina en la tierra. Sin embargo, desde que su naturaleza ha cambiado, la iglesia se estableció y se arraigó profundamente como un árbol en la tierra, y floreció echando las ramas de sus proyectos y operaciones para alojar muchas personas y cosas malignas. Esto formó la organización exterior de la apariencia del reino de Dios.

En Lucas 13:19 se nos dice que las aves del cielo anidaron en las ramas de este árbol. Las aves de 8:5 y 12 están relacionadas con el diablo. Por lo tanto, las aves del cielo deben referirse a los espíritus malignos de Satanás junto con las personas y las cosas malignas motivadas por ellos. Estos se alojan en las ramas del gran árbol, es decir, en los proyectos y operaciones de la cristiandad.

El más reciente informe sobre la participación efectiva de la mujer en los cargos de niveles decisorios en el Estado colombiano, arrojó que el país continúa superando la meta del 30% de participación establecida por la Ley 581 de 2000 más conocida como Ley de Cuotas. 

En esa línea, al cierre de 2024 el porcentaje de mujeres en cargos directivos es del 48,26% que resulta al promediar el porcentaje de Máximo Nivel Decisorio (MND) de 46,62% y el Otro Nivel Decisorio (OND) de 49,92%, cifras que se acercan al 50% que se propuso el Gobierno como meta al cierre de 2026. 

Para elaborar el reporte Función Pública tomó como base 1.728 entidades (164 nacionales y 1.564 territoriales) en las que 3.825 mujeres ocupan cargos MND y 3.782 puestos de OND. 
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Por Ramas del Poder Público, en la Ejecutiva el porcentaje de mujeres en cargos MND es 44,67% y en puestos de OND 50,76%; en la Legislativa 50% y 80% respectivamente, y en la Judicial 48,65% y 58,33%. 

En la Organización Electoral el porcentaje es de 29,85% en los cargos de máximo nivel y de 42,27% en otros niveles decisión; en el mismo orden, en los Órganos de Control las cifras son de 45,35% y 42,79% en tanto que en los Órganos Autónomos los números son de 48,57% y 51,62%. 

Finalmente, en las entidades que conforman el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición, la participación de mujeres en cargos de Máximo Nivel Decisorio es de 50% y en Otros Cargos de Nivel Decisorio alcanza el 36,36%.

Versículos de la Biblia

Lucas 13:15-16 Entonces el Señor le respondió y dijo: ¡Hipócritas! ¿No desata cada uno de vosotros en el día de Sábado su buey o su asno del pesebre y lo lleva a beber? Y a esta hija de Abraham, que Satanás había atado dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en el día de Sábado?

Palabras del ministerio
(Parte 2 de 2)

El hecho de que la mujer era una hija de Abraham muestra que era parte del pueblo escogido de Dios. Sin embargo, Satanás la tenía atada. Fue correcto desatar a esta mujer de la ligadura en el día de sábado, ya que el reposo sabático fue ordenado por Dios para que el hombre descansará (Gn. 2:3), y no para que el hombre permaneciera en el cautiverio.

¿Por qué pone Lucas este caso aquí? Para responder a esta pregunta, debemos recordar que este suceso tuvo lugar cuando el Salvador-Hombre iba hacia Jerusalén, donde la atmósfera era extremadamente religiosa. Yo creo que el Señor Jesús entró en la sinagoga y sanó a esta mujer para mostrar a Sus discípulos que Él no tenía la intención de guardar los formalismos muertos de la religión ni los preceptos sabáticos distorsionados. Él quebrantó deliberadamente aquellos preceptos para que Sus discípulos supieran que Él no había venido a guardar los preceptos que sujetaban a la gente al sufrimiento, sino a quebrantarlos de manera que los que sufrieran pudieran ser librados por la bendición del jubileo.

Cuando el Señor Jesús sanó a la mujer que Satanás había atado y que andaba encorvada, Él la condujo al jubileo. En el capítulo cuatro Él proclamó el jubileo, en el cual los cautivos y los oprimidos serían liberados. Por lo tanto, dicho caso es el cumplimiento de la proclamación del jubileo hecha en el capítulo cuatro. La intención del Señor era mostrarles a los discípulos que Él iba a Jerusalén, no para observar los preceptos religiosos, sino para quebrantarlos, de manera que el pueblo fuera introducido en el jubileo.