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EL 8 DE MARZO INICIA LA COPA DEPARTAMENTAL DE FÚTBOL FEMENINO CATEGORÍA LIBRE
Con la participación de al menos 20 equipos se realizará la Primera Copa Departamental Femenina de Fútbol categoría libre, que iniciará el 8 de marzo, en la conmemoración del Día Internacional de la Mujer.
El organizador del evento, Manuel Bedoya, anunció una millonaria premiación para los equipos destacados en el certamen, a la goleadora, valla menos vencida, entre otros reconocimientos.
Será la oportunidad para que muchas chicas del Huila se muestren su talento en el terreno de juego, señaló el organizador.
La organización del certamen está asociada con la Liga de Fútbol del Huila, que hasta el momento registra 12 equipos inscritos, pero esperar superar los 20 para la disputa del título.
De acuerdo con el profesor Manuel Bedoya, esta primera Copa Departamental Femenina de Fútbol, tendrá 4 grupos de cinco equipos cada uno, para posteriormente pasar a octavos de final, cuartos de final, semifinales y la gran final.
“En esta fase hay que precisar que los partidos serán de ida y vuelta, es decir, cada equipo jugará un total de 8 partidos, 4 de local y 4 de visitante. Los octavos de final, cuartos de final y las semifinales también serán partidos de ida y vuelta, mientras que la gran final será en sede única y neutral”, advirtió el organizador de.
Premiación
Campeón: 8 millones de pesos
Subcampeón: 4 millones de pesos
Tercer lugar: 2 millones de pesos
Cuarto lugar: un millón de pesos
Goleadora y valla menos vencida: 250 mil pesos cada una.
EN ADÁN MORIMOS, PERO EN CRISTO FUIMOS VIVIFICADOS
Versículos de la Biblia
1 Corintios 15:22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.
Efesios 2:5-6 Aun estando nosotros muertos en delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia habéis sido salvos) y juntamente con El nos resucito, y así mismo nos hizo sentar en los lugares celestiales en Cristo Jesús.
Palabras del ministerio
Fue por medio de la regeneración que Dios nos vivificó. En Adán, todos estamos muertos. Cuando nacimos de nuestros padres, nacimos muertos. Además, todos los incrédulos están muriendo con cada día que pasa. Todos ellos van camino a la tumba. Su destino final es la tumba y la muerte. Por consiguiente, en Adán, todo hombre nace muerto y nace para morir. Según la Biblia, el evangelio no es predicado meramente a pecadores, sino a pecadores que están muertos en Adán. Por las palabras de Pedro en 1:3 sabemos que la resurrección de Cristo fue el instrumento o el medio por el cual Dios nos regeneró. Fue mediante la resurrección de Cristo que Dios nos vivificó. En Adán todos morimos, pero en Cristo todos fuimos vivificados.
Sin embargo, hace unos dos mil años, cuando Cristo resucitó, fuimos vivificados o regenerados. Según el Nuevo Testamento, cuando Cristo resucitó, nosotros fuimos resucitados juntamente con Él (Ef. 2:5-6). ¡Aleluya porque aunque nacimos en Adán, renacimos juntamente con Cristo en Su resurrección!
Ahora, quisiera citar unas palabras de Dean Alford: “La resurrección de Cristo, la cual nos trae la vida y el don del Espíritu vivificante, es lo que hace posible que el nuevo nacimiento llegue a ser una esperanza viva”. Este concepto es muy profundo. La resurrección de Cristo hace posible que nuestra regeneración llegue a ser una esperanza viva. Cuando fuimos regenerados, el Cristo resucitado entró en nosotros. Él no sólo es una persona viva, sino también una persona resucitada. Ahora Él es la vida que está en nosotros, que hace posible el nuevo nacimiento y que cada aspecto de nuestro ser sea vivificado. Por consiguiente, la regeneración da por resultado una esperanza viva.
LES ABRE LAS ESCRITURAS PARA VER A CRISTO
Versículos de la Biblia
Lucas 24:44-46 Y les dijo: Éstas son Mis palabras, las cuales os hablé, estando aún con vosotros; que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de Mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras; y les dijo: Así está escrito que el Cristo padeciese y resucitase de los muertos al tercer día.
Palabras del ministerio
Así como el Salvador-Hombre abrió las Escrituras a los discípulos en camino a Emaús, también abrió la Palabra a los que estaban reunidos en el cuarto. Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras” (vs. 44-45). La ley de Moisés, los profetas y los salmos forman las tres secciones del Antiguo Testamento, es decir, de “todas las Escrituras” (v. 27). Aquí la palabra del Salvador da a entender que el Antiguo Testamento revela al Señor, quien es su centro y su contenido. El hecho de que les abrió el entendimiento indica que para comprender las Escrituras se requiere que el Señor Espíritu abra nuestro entendimiento y nos ilumine (Ef. 1:18).
En el versículo 46 el Salvador-Hombre prosiguió diciendo: “Así está escrito que el Cristo padeciese y resucitase de los muertos al tercer día”. Aquí el Señor parece decir: “Cuando estábamos en Galilea, les dije que moriría y resucitaría al tercer día. Pero ustedes no entendieron lo que les dije. Por esta razón, les abro la Palabra y les abro los ojos”.
Yo creo que la transformación de Pedro comenzó desde el momento en que el Señor se le apareció. Al menos comenzó a entender la Palabra. Por esta razón, en el capítulo uno de Hechos, Pedro pudo estar de pie entre los ciento veinte e interpretó las Escrituras correctamente. En Hechos 1 no vemos al Pedro natural que vimos en Lucas 22, sino a otro Pedro, una persona regenerada y transformada. Así fue la situación de todos los discípulos en Hechos 1.
EL CUERPO MISTERIOSO DE CRISTO DESPUÉS DE LA RESURRECCIÓN
Versículos de la Biblia
Lucas 24:36-43 Mientras ellos hablaban de estas cosas, Jesús mismo se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a vosotros. Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que veían un espíritu. Pero Él les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y porqué surgen dudas en vuestros corazones? Mirad Mis manos y Mis pies, que Yo mismo soy; palpadme, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que Yo tengo. Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies. Y como todavía ellos, de gozo, no lo creían, y estaban maravillados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer? Entonces le dieron parte de un pescado asado. Y Él lo tomó, y comió delante de ellos.
Palabras del ministerio
Los discípulos, incluso Pedro, se turbaron cuando el Salvador-Hombre se les apareció delante de ellos. No entendieron cómo Él pudo aparecerse de repente en el cuarto, ya que la puerta estaba cerrada y nadie la abrió. Pero de todos modos, el Señor se apareció físicamente. El Señor Jesús dijo a los discípulos: “¿Por qué estáis turbados, y por qué surgen dudas en vuestros corazones? Mirad Mis manos y Mis pies, que Yo mismo soy; palpadme, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que Yo tengo” (vs. 38-39). Entonces les demostró Sus manos y Sus pies. Aquí vemos el cuerpo resucitado del Salvador-Hombre, el cual es espiritual (1 Co. 15:44) y de gloria (Fil. 3:21).
La manera en que el Señor apareció fue muy misteriosa, y no podemos entenderlo cabalmente. Entró en el cuarto como el Espíritu, pero tenía un cuerpo físico que se podía palpar. Aún se veían las marcas de los clavos y se podía tocar el lugar donde le abrieron el costado con una lanza. No solamente se podía ver y tocar Su cuerpo, sino que Él también comió. “Y como todavía ellos, de gozo, no lo creían, y estaban maravillados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer? Entonces le dieron parte de un pez asado. Y Él lo tomó, y comió delante de ellos” (vs. 41-43). No entendemos cómo el Señor Jesús que, teniendo un cuerpo espiritual, aún podía comer alimento físico.
LA RESURRECION ES UNA SEÑAL DE QUE DIOS LE JUSTIFICÓ
Versículos de la Biblia
Juan 2:19 Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.
Juan 2:21-22 Mas Él hablaba del templo de Su cuerpo. Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos, Sus discípulos se acordaron que había dicho esto; y creyeron la escritura y la palabra que Jesús había dicho.
Hechos 2:32 A este Jesús, resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.
Hechos 3:15 Y matasteis al Autor de la vida, a quien Dios ha resucitado de los muertos, de lo cual nosotros somos testigos.
Palabras del ministerio
Según el Nuevo Testamento, hay dos maneras de presentar la resurrección del Señor. Primero, se nos dice que el Señor Jesús mismo resucitó, es decir, se levantó a Sí mismo. Por otro lado, el Nuevo Testamento también nos dice que Dios le resucitó. Por un lado, el Señor mismo resucitó, pero por otro, Dios le resucitó de los muertos. El hecho de que el Señor mismo resucitara demuestra Su poder vital, o sea, la capacidad que yacía en la vida de resurrección. Pero el hecho de que Dios le resucitara de los muertos era una señal de que Dios le justificó y vindicó. Dios levantó a Cristo de entre los muertos como prueba de que justificaba lo que Cristo era y lo que Cristo hizo en la tierra. El Salvador-Hombre vivió de una manera que a otros les parecía extraña. Llevó una vida ajena a la religión, la cultura y la sociedad, ya que vivió y obró de una manera fuera de lo ordinario. Si Dios no le hubiera levantado de entre los muertos, esto habría querido decir que Dios no le justificó. Sin embargo, el hecho de que Dios le levantara de entre los muertos era una señal de que Dios sí le justificó y le vindicó.
Romanos 4:25 dice que Cristo “fue entregado por nuestros delitos, y resucitado para nuestra justificación”. La muerte de Cristo cumplió y satisfizo los justos requisitos que Dios requería de nosotros a fin de que Dios nos justificará mediante la muerte de Cristo (Ro. 3:24). La resurrección de Cristo es una prueba que Dios estaba satisfecho de la muerte que Cristo efectuó por nosotros.
Si Cristo hubiera muerto en la cruz, al ser juzgado por Dios, pero sin haber sido resucitado de entre los muertos, Dios no le habría justificado ni vindicado. Esto afectaría nuestra salvación, porque si hubiera sido así, Dios no le habría vindicado después de Su muerte. Sin embargo, Dios juzgó a Cristo en la muerte y luego le levantó de entre los muertos. El hecho de que Dios levantara a Cristo de entre los muertos prueba que vindicó y justificó lo que Cristo fue y realizó. Basado en esto podemos estar seguros de que Dios aceptó lo que Cristo realizó por nosotros en la cruz. Dios nos justificó debido a la muerte de Cristo, y en Cristo, quien resucitó, somos aceptos delante de Dios.
SEPULTADOS JUNTAMENTE CON ÉL
Versículos de la Biblia
Gálatas 2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a Sí mismo por mí.
Romanos 6:4 Hemos sido, pues, sepultados juntamente con Él en Su muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida.
Colosenses 2:12 Sepultados juntamente con Él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados juntamente con Él, mediante la fe de la operación de Dios, quien le levantó de los muertos.
Palabras del ministerio
El Señor Jesús es todo-inclusivo y como tal, fue sepultado. Si conocemos la verdad presentada en las Escrituras, veremos que fuimos sepultados con Él. Por lo tanto, fuimos crucificados con el Señor Jesús y también fuimos sepultados con Él. Puesto que fuimos crucificados y sepultados con el Señor Jesús, se nos puso fin, es decir, se nos aniquilaron por completo. Cuando una persona es enterrada, esto equivale a que ha llegado a su fin, o sea, la sepultura es el fin de todo. Nosotros, las personas caídas que estamos en la carne y en la vieja creación, fuimos crucificados y sepultados. Fuimos sepultados con el Señor Jesús y en Su sepultura se nos dio fin. En Su tumba todos los problemas desaparecieron porque el pecado, los pecados, la carne, el viejo hombre, Satanás, el mundo, la vieja creación y las ordenanzas fueron eliminados. Después de llevar a cabo una muerte todo-inclusiva, el Señor fue sepultado de una manera pacífica y honorable.
Tenemos que estar consciente de que fuimos crucificados con Cristo; no obstante, es posible que esto no sea nuestra experiencia. Pero una vez que entendamos que también se nos sepultó juntamente con Él, ya no habrá ninguna lucha. La sepultura conduce a una situación pacífica. Los que son sepultados ya no luchan. Puesto que fuimos sepultados con Cristo, debemos simplemente permanecer en reposo.
CRISTO FUE SEPULTADO CON HONOR
Versículos de la Biblia
Lucas 23:50-53 Había un varón llamado José, el cual era miembro del concilio, varón bueno y justo (el cual no había consentido en el acuerdo ni en los hechos de ellos) de Arimatea, ciudad de los judíos, el cual esperaba el reino de Dios. Éste se presentó a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús. Y quitándolo, lo envolvió en un lienzo de lino fino, y lo puso en un sepulcro que había sido labrado en una peña, en el cual hasta entonces no se había puesto a nadie.
Palabras del ministerio
En Lucas 23:50-56 habla de la sepultura del Salvador-Hombre. Después de que el Señor pasó por la muerte todo-inclusiva, pasó de la esfera de los padecimientos a la de honra. Fue sepultado por José de Arimatea, un hombre rico de alto rango (Mt. 27:57). José se llevó el cuerpo de Jesús y “lo envolvió en un lienzo de lino fino, y lo puso en un sepulcro que había sido labrado en una peña, en el cual hasta entonces no se había puesto a nadie” (23:53), lo cual sucedió para que se cumpliera Isaías 53:9. Con honor supremo, el Señor descansó en el día sabático y esperó ser resucitado de entre los muertos.
El Salvador-Hombre fue sepultado envuelto en lienzos que tenían un compuesto de mirra y áloes (Jn. 19:39-40). Aunque fue despreciado en la cruz, fue honrado en Su sepultura. El Señor Jesús fue sepultado de una manera muy digna.
En Lucas 23:54-56 dice: “Era el día de la preparación, y estaba para comenzar el sábado. Y las mujeres que habían venido con El desde Galilea, siguieron también, y vieron el sepulcro, y cómo fue puesto Su cuerpo. Y vueltas, prepararon especias aromáticas y ungüentos; y descansaron el sábado, conforme al mandamiento”. Este fue un verdadero reposo para todo el pueblo escogido de Dios y también para todo el universo, porque el Salvador efectuó una redención cabal por todos ello.
SUBRE EL JUICIO DE DIOS EN LA CRUZ (2)
Versículos de la Biblia
Lucas 23:45 Por faltar la luz del sol; y el velo del templo se rasgó por la mitad.
Hebreos 10:19-20 Así que, hermanos, teniendo firme confianza para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesús, entrada que Él inauguró para nosotros como camino nuevo y vivo a través del velo, esto es, de Su carne.
Palabras del ministerio
(Parte 2 de 2)
Mateo 27:51 nos dice que el velo del templo se rasgó en dos “de arriba abajo”, lo cual significa que la separación entre Dios y el hombre había sido abolida porque la carne de pecado (representada por el velo) de la cual Cristo se había vestido (Ro. 8:3) fue crucificada (He. 10:20). La frase de arriba abajo indica que el velo fue rasgado por Dios desde lo alto.
En Lucas 23:44-45 vemos que Dios hizo que hubiera tinieblas sobre toda la tierra y que el velo del templo se rasgara. Estas dos señales prueban que desde la hora sexta hasta la hora novena, o sea, desde el mediodía hasta las tres de la tarde, Dios vino a juzgar al Redentor, quien moría como nuestro substituto. No murió por Su propio bien, sino por el nuestro. Por lo tanto, llamamos Su muerte una muerte substitutiva, porque murió por nosotros en la cruz y bajo el juicio de Dios. Dios puso todos nuestros pecados en el Señor Jesús. Isaías 53:6 dice: “Mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros”. Las tinieblas indican que Dios puso todos nuestros pecados sobre Él. En 2 Corintios 5:21 dice que Dios lo hizo pecado por nosotros. Por lo tanto, Dios no sólo puso nuestros pecados sobre Él, sino que hasta lo hizo pecado a favor nuestro, lo cual sucedió durante el segundo período de tres horas.
Durante estas tres horas Dios desamparó al Salvador-Hombre (Mr. 15:34). Puesto que el Señor es el Hijo amado de Dios, éste siempre se complació en Él. No obstante, Dios le abandonó cuando lo consideró nuestro substituto, quien cargó nuestros pecados, y fue hecho pecado delante de El por nosotros. A los ojos de Dios el Señor era, durante esas horas, la totalidad del pecado.
SUBRE EL JUICIO DE DIOS EN LA CRUZ (1)
Versículos de la Biblia
Lucas 23:44 Cuando era como la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.
Isaías 53:10 Pero a Jehová le complació aplastarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando Él se entregue como ofrenda por el pecado, verá descendencia, prolongará Sus días, y el deleite de Jehová será en su mano prosperado.
1 Pedro 3:18 Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el Justo por los injustos, para llevaros a Dios, siendo muerto en la carne, pero vivificado en el Espíritu.
Palabras del ministerio
(Parte 1 de 2)
La hora sexta mencionada en el versículo 44 era, según la manera en que contamos la hora, las doce del mediodía. Según Mateo 27:45, hubo tinieblas sobre toda la tierra desde la hora sexta hasta la hora novena, es decir, desde las doce del mediodía hasta las tres de la tarde. ¿Quién hizo esto? Por supuesto, no lo hicieron el sumo sacerdote ni Pilato ni los soldados romanos. El único que pudo haber hecho esto fue Dios.
Las tinieblas indican que el Dios justo vino para juzgar al Señor Jesús como nuestro substituto y Redentor, pues fue el substituto único y universal de los hombres. Desde las nueve hasta el mediodía, fue perseguido como mártir por los judíos y los romanos. Pero desde el mediodía hasta las tres Él moría no como mártir, sino como substituto de los pecadores. Dios le reconoció como nuestro Redentor, y por esta razón vino para juzgarlo. Esto significa que durante las tres últimas horas que el Señor Jesús estuvo en la cruz, fue juzgado por Dios para efectuar nuestra redención. Durante esas horas Dios lo consideró nuestro substituto, quien sufrió por el pecado (Is. 53:10). Por tanto, las tinieblas cubrieron toda la tierra porque nuestro pecado, pecados y todo lo negativo estaban siendo juzgados allí; y debido a nuestro pecado Dios lo abandonó (Mt. 27:46).
En realidad los perseguidores del Señor no le dieron muerte, ya que cuando le perseguían Él aún vivía. Pero después de que fue perseguido por tres horas, Dios vino para darle muerte, y las tinieblas que hubo sobre toda la tierra eran una señal de que vino. Puesto que Dios hizo faltar la luz del sol, Lucas nos dice que hubo tinieblas sobre toda la tierra, no sólo sobre Jerusalén o el monte de Sion.
CRISTO EN SU MUERTE SUFRE LA PERSECUCIÓN DE LOS HOMBRES
Versículos de la Biblia
Lucas 23:32-43 Llevaban también con Él a otros dos, que eran criminales, para ser ejecutados. Y cuando llegaron al lugar llamado la Calavera, le crucificaron allí, y a los criminales, uno a la derecha y otro a la izquierda. Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y se repartieron Sus vestidos, echando suertes. Y el pueblo estaba allí mirando; y los gobernantes también se mofaban, diciendo: A otros salvó; sálvese a Sí mismo, si éste es el Cristo de Dios, el Escogido. Los soldados también le escarnecían, acercándose y ofreciéndole vinagre, y diciendo: Si Tú eres el Rey de los judíos, sálvate a Ti mismo. Había también sobre Él una inscripción: ESTE ES EL REY DE LOS JUDIOS. Y uno de los criminales que estaban colgados blasfemaba contra Él, diciendo: ¿No eres Tú el Cristo? Sálvate a Ti mismo y a nosotros. Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? Nosotros justamente, porque recibimos lo merecido por lo que hicimos; mas este hombre ningún mal hizo. Y dijo: Jesús, acuérdate de mí cuando entres en Tu reino. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo: Hoy estará conmigo en el Paraíso.
Palabras del ministerio
Cuando leemos este evangelio, vemos que los hombres crucificaron al Señor Jesús en la cruz. Los líderes religiosos lo acusaron, los gobernantes romanos, especialmente Pilato, le dieron la sentencia de muerte, y los soldados romanos le crucificaron.
En 23:26-43 vemos que en la cruz el Salvador-Hombre fue perseguido por los hombres. Los líderes judíos y los soldados romanos le escarnecieron y le ridiculizaron. “Y el pueblo estaba allí mirando; y los gobernantes también se mofaban, diciendo: A otros salvó; sálvese a Sí mismo, si éste es el Cristo de Dios, el Escogido. Los soldados también le escarnecían, acercándose y ofreciéndole vinagre” (vs. 35-36). El Señor Jesús fue crucificado a las nueve de la mañana y permaneció allí hasta lastres de la tarde, lo cual quiere decir que estuvo seis horas en la cruz. Podemos dividir estas seis horas en dos períodos: el primero, desde las nueve de la mañana hasta el mediodía, y el segundo, desde el mediodía hasta las tres de la tarde. En las primeras tres horas, el Salvador-Hombre fue perseguido por los hombres. Las personas religiosas le ridiculizaron y los soldados romanos le escarnecieron. Incluso “uno de los criminales que estaban colgados blasfemaba contra Él, diciendo: ¿No eres Tú el Cristo? Sálvate a Ti mismo y a nosotros” (v. 39). Por lo tanto, en las primeras tres horas en la cruz, el Señor fue perseguido por los hombres y padeció como mártir.
En el pasaje 23:44-49 vemos que en el segundo período de las seis horas en que el Salvador-Hombre estuvo en la cruz, Él sufrió el juicio de Dios por los pecadores para efectuar una muerte substitutiva por ellos. Por lo tanto, en 23:26-49 vemos dos aspectos con respecto a la muerte del Señor: es perseguido por el hombre y es juzgado por Dios. Primero, el Señor Jesús fue perseguido por el hombre; no padeció como Redentor, sino como mártir. Pero cuando Dios le juzgó por nosotros, los pecadores; ya no padeció como mártir, sino que sufrió el juicio de Dios por nosotros, los pecadores.