Versículos de la Biblia
Mateo 4:8-10 Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrándote me adoras. Entonces Jesús le dijo: ¡Vete, Satanás! Porque escrito está: “Al Señor tu Dios adorarás, y a Él solo servirás”.
Palabras del ministerio
La tercera tentación tiene que ver con la gloria mundana: el ascenso, la ambición, la posición y el futuro prometedor. Todo esto constituye la gloria del mundo. Lucas 4:6 dice que los reinos del mundo y la gloria de ellos fueron entregados al diablo; por esto, él la da a quien quiera. El arcángel Satanás, antes de su caída, había sido designado por Dios para ser príncipe del mundo (Ez. 28:13-14). Esta es la razón por la cual es llamado el príncipe del mundo (Jn. 12:31) y tiene en su mano todos los reinos de este mundo y la gloria de ellos. Satanás le presentó como tentación todo esto al Rey recién ungido para lograr la adoración. El Rey celestial venció esta tentación.
El nuevo Rey reprendió al diablo por su sugerencia y lo derrotó manteniéndose en la posición de hombre, en la cual se adora y se sirve solamente a Dios. Adorar o servir a algo que no sea Dios con miras a obtener ganancia, siempre es la tentación que el diablo emplea para conseguir adoración. Parece que el Señor le decía: “Satanás, Yo Jesús, como hombre, adoro a Dios y sólo a Él le sirvo. Tú eres el enemigo de Dios; nunca te adoraré. A Mí no me importa la gloria del mundo ni los reinos del mundo. Satanás, ¡vete!” .