Versículos de la Biblia
Efesios 1:4 Según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de Él en amor.
1 Samuel 2:2 No hay santo como Jehová...
2 Pedro 1:4 Por medio de las cuales Él nos ha concedido preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina...
Palabras del ministerio
Dios nos escogió para que fuésemos santos. Las enseñanzas cristianas modernas han tergiversado el significado de las palabras santo y santidad. Quizás el entendimiento que usted tiene de la santidad esté afectado por dichas enseñanzas; pero la palabra santo, tal como se usa en la Biblia, no concuerda con nuestro concepto natural. Muchos piensan que la santidad consiste en no tener pecado. Según este concepto, una persona es santa si no peca; sin embargo, esta idea es totalmente errónea. La santidad no equivale a la ausencia del pecado ni a la perfección. Ser santo no solamente significa ser santificado o separado para Dios, sino también ser diferente, distinto, a todo lo común. Sólo Dios es diferente y distinto a todo; por tanto, sólo Él es santo, Su misma naturaleza es la santidad.
Dios nos hace santos impartiéndose a Sí mismo, el Santo, en nuestro ser a fin de que todo nuestro ser sea impregnado y saturado de Su naturaleza santa. Para que nosotros, los escogidos de Dios, seamos santos, necesitamos participar de la naturaleza divina (2 P.1:4) y permitir que todo nuestro ser sea empapado de Dios mismo. Esto es diferente a ser perfectos, puros y sin pecado, pues hace que todo nuestro ser sea santo en la naturaleza y el carácter de Dios, tal como lo es Dios mismo.