Versículos de la Biblia
Lucas 7:31-34 Y dijo Jesús: ¿A qué, pues, compararé los hombres de esta generación, y a qué son semejantes? Semejantes son a los muchachos sentados en la plaza, que dan voces unos a otros y dicen: Os tocamos la flauta, y no bailasteis; os endechamos, y no lamentasteis. Porque vino Juan el Bautista, que ni comía pan ni bebía vino, y decís: Demonio tiene. Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y decís: He aquí un glotón y borracho, amigo de recaudadores de impuestos y de pecadores.
Palabras del ministerio
Cristo y Juan el Bautista “tocaron la flauta” para predicar el evangelio del reino, pero los fariseos y los intérpretes de la ley “no bailaron” por el gozo de la salvación. Juan y el Señor Jesús también “les endecharon” para predicar arrepentimiento, pero éstos “no se lamentaron” por el pesar del pecado. La justicia de Dios requiere que se arrepientan, pero no obedecían. La gracia de Dios les proporcionó salvación pero ellos no la recibían.
En el versículo 33 el Señor continúa: “Porque vino Juan el Bautista, que ni comía pan ni bebía vino, y decís: Demonio tiene”. Juan el Bautista, que vino a traer al hombre al arrepentimiento y a causar que lamentaran por el pecado, no tuvo inclinación ni por el comer ni el beber (Lc. 1:15-17). Debido a que Juan el Bautista vivió de una manera extraña y peculiar, ya que no comía ni bebía de una manera común, los oponentes le acusaron de estar poseído por un demonio.
En el versículo 34 el Señor dice: “Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y decís: He aquí un hombre comilón y bebedor de vino, amigo de recaudadores de impuestos y de pecadores”. Cristo no sólo es el Salvador, sino también Amigo de los pecadores, uno que se compadece de sus problemas y que siente sus pesadumbres. Él vino para traer salvación a los pecadores y hacerles regocijar en ella. Por lo tanto, Él tuvo el gozo de comer y de beber con ellos.