Versículos de la Biblia
Lucas 6:35-36 Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque Él es benigno para con los ingratos y malos. Sed, pues, compasivos, como también vuestro Padre es compasivo.
Palabras del ministerio
La enseñanza del Señor revelada en 6:17-49 tiene dos elementos básicos. Estos elementos son la palabra divina y la vida divina. Considere lo que el Señor dice en los versículos 35 y 36 Estos versículos describen el vivir de los hijos del Altísimo. La frase hijos del Altísimo sin duda implica la vida divina. ¿Si no tuviéramos la vida divina, cómo podríamos ser los hijos del Altísimo? Por supuesto, sería imposible. El vivir que concuerda con el más alto nivel de moralidad procede de la vida divina, la cual tenemos por nacimiento, pues nacimos del Altísimo.
En nosotros mismos no nos es posible amar a nuestros enemigos. Pero tenemos una vida que ama al enemigo, que es la vida divina que está dentro de nosotros. Esta vida es el origen del más alto nivel de moralidad. Por lo tanto, el más alto nivel de moralidad es el resultado y la expresión de la vida divina. Tanto los hijos del Altísimo mencionados en el versículo 35 como los árboles buenos vistos en el versículo 43 indican que el origen del más alto nivel de moralidad es la vida divina. Es de suma importancia que veamos esto.
Jesús, el Dios-hombre, sabía de la vida divina y la poseía. Realmente, Él mismo era la vida divina, y se impartió a Sí mismo como la vida divina en los discípulos. Por lo tanto, Su enseñanza realmente expresaba lo que Él es. Puesto que vivía conforme al más alto nivel de moralidad, Él enseña esta moralidad a Sus discípulos.