Versículos de la Biblia
Lucas 4:1 Jesús, lleno del Espíritu Santo volvió del Jordán, y era conducido por el Espíritu en el desierto, donde fue tentado por el diablo cuarenta días.
Mateo 4:1 Entonces Jesús fue conducido por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo.
Palabras del ministerio
Después de ser bautizado en agua y ungido con el Espíritu de Dios, Jesús, como hombre, actuaba conforme a la dirección del Espíritu. Ante todo, el Salvador-Hombre ungido fue conducido por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Esta tentación fue una prueba que demostraba que Él estaba capacitado para ser el Salvador-Hombre.
En Mateo 6:13 el Señor Jesús enseñó a los discípulos a orar: “No nos metas en tentación”. Sin embargo, el Señor fue conducido por el Espíritu Santo al desierto con el fin de ser tentado por el diablo. El Señor Jesús era fuerte y pudo resistir la tentación. Nosotros, al contrario, no podemos resistir del todo la tentación. El Señor Jesús es el único que puede resistir la tentación del enemigo de Dios. Cuando Él estaba en la tierra, era perfecto y fuerte. Por lo tanto, el Espíritu Santo, quien es Dios que llega al hombre, condujo a este hombre perfecto a entrar en tentación para derrotar el enemigo de Dios… Nosotros no podemos resistir la tentación del maligno. Por lo tanto, debemos orar: “Oh Padre, no me induzcas a entrar en tentación”. No importa cuán fuerte nos sintamos, en realidad somos débiles y no podemos resistir la tentación de Satanás. En este universo el único que tiene la humanidad que puede resistir la tentación del enemigo de Dios es el Señor Jesús, nuestro Salvador-Hombre