Versículos de la Biblia
Romanos 5:3 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce perseverancia.
Romanos 5:5 Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones mediante el Espíritu Santo que nos fue dado.
Palabras del ministerio
Muchas veces en nuestra vida cristiana necesitamos ser alentados y afirmados. Cuando pasamos por períodos de sufrimiento, es posible que surjan en nosotros dudas y preguntas. Quizás usted se pregunte: “¿Por qué tengo tantos problemas en mi vida cristiana? ¿Por qué se me presentan tantas dificultades y pruebas?” Puede ser que se levanten estas preguntas e incertidumbres debido a nuestras circunstancias. Aunque surjan estas preguntas, no podemos negar que el amor de Dios está en nuestro interior. Desde el día en que invocamos al Señor Jesús por primera vez, el amor de Dios fue derramado en nuestro corazón por el Espíritu Santo. Esto quiere decir que el Espíritu nos da la revelación del amor de Dios, nos lo confirma y nos da seguridad del mismo. El Espíritu Santo, el cual mora en nuestro interior, parece decir: “No dudes. Dios te ama. Tal vez por ahora no entiendas por qué debes pasar ciertos sufrimientos, pero un día dirás: ‘Padre, te agradezco por las pruebas y tribulaciones que me hiciste pasar’”.
Antes éramos enemigos de Dios, pero Cristo derramó Su sangre sobre la cruz para reconciliarnos con Dios. ¡Qué gran amor es éste! Si Dios nos dio a Su propio Hijo, ciertamente no haría nada para lastimarnos. Dios es soberano. Él sabe lo que es mejor para nosotros. Nuestro Padre ya ha preparado todo lo que a nosotros se refiere. Simplemente debemos orar: “Señor, haz Tu voluntad en mí. Yo simplemente quiero lo que Tú quieras. Lo dejo todo completamente en Tus manos”. Ésta será nuestra respuesta para con Dios cuando nuevamente nos demos cuenta de que Él nos ama tanto que ha derramado Su amor en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo.