Versículos de la Biblia
1 Corintios 3:12-15 Y si sobre este fundamento alguno edifica oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego es revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego mismo la probará. Si permanece la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno es consumida, él sufrirá pérdida, pero él mismo será salvo, aunque, así como pasado por fuego.
Palabras del ministerio
El día se refiere al día de la segunda venida de Cristo, cuando Él juzgará a todos Sus creyentes (4:5; Mt. 25:19-30; 2 Co. 5:10). El fuego del versículo 13 denota el fuego del juicio del Señor (Mal. 3:2; 4:1; 2 Ts. 1:7b, 8; He. 6:8), que pondrá de manifiesto la obra de cada creyente y la probará y juzgará. Ninguna obra de madera, heno y hojarasca podrá resistir aquella prueba, sino que será consumida. La obra que permanece tiene que ser de oro, plata y piedras preciosas, los cuales son el producto de los fieles ministros de Cristo. Tal obra será recompensada por el Señor, quien vendrá y juzgará. La recompensa se basa en la obra que el creyente realiza después de ser salvo, y es diferente de la salvación, la cual se basa en la fe en el Señor y en Su obra redentora.
La obra de madera, heno y hojarasca sólo sirve para ser quemada. Dicha obra será consumida por el fuego del juicio que el Señor ejecutará a Su venida. Si nuestra obra permanece, recibiremos recompensa, pero si es consumida, sufriremos pérdida. No sé con exactitud cómo será el fuego del juicio. No obstante, en el Antiguo Testamento y también en el Nuevo, el fuego en calidad de juicio proviene de Dios. Según el mismo principio, el fuego que procede de Dios juzgará nuestra obra. La obra de oro, plata y piedras preciosas pasará la prueba del fuego. De hecho, cuanto más intenso sea el fuego, más refinados serán los materiales. Pero todo lo que sea de madera, heno y hojarasca será consumido. Todo lo que se hace conforme a la naturaleza, el ser y las acciones naturales nuestras, será quemado por el fuego.
El castigo impuesto por el Señor presenta por lo menos dos aspectos: las tinieblas y el fuego. En cuanto a nosotros, corremos el riesgo de ser echados en las tinieblas, y en cuanto a nuestra obra, puede ser consumida y reducida a cenizas. Me he preguntado muchas veces si mi obra pasará la prueba de fuego del juicio del Señor. Todos deberíamos preguntarnos si nuestra obra nos lleva a la luz o nos mantiene en tinieblas.