Versículos de la Biblia
1 Corintios 3:6 Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios.
Efesios 3:16 De quien todo el Cuerpo, bien unido y entrelazado por todas las coyunturas del rico suministro y por la función de cada miembro en su medida, causa el crecimiento del Cuerpo para la edificación de sí mismo en amor.
Palabras del ministerio
(Parte 1 de 2)
En el versículo 6 Pablo dice: Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios . Para que Cristo sea cultivado en la labranza de Dios se necesita que algunos planten y rieguen. No obstante, no debemos pensar que únicamente personas como Pablo y Apolos tienen la responsabilidad de hacerlo. Cada hermano y cada hermana debe realizar esta obra. El problema es que este concepto no está en nosotros. Lo que hacemos más bien es que cuando descubrimos que un santo es débil en alguna área, lo acusamos con los ancianos. Si un hermano viene a usted y usted percibe que está débil, riéguelo. En lugar de llamar a los ancianos, debe alimentarle y nutrirle. Es crucial que todos aprendamos a hacer esto.
Tal vez usted se sienta débil y falto de crecimiento. Pero hay otros santos aún más débiles e inmaduros que usted. Si sucediera que uno de ellos viniera a usted, usted debe regarlo. Al regar a otros, usted mismo es regado y experimentará un verdadero avivamiento. Si en la vida de iglesia todos nos regamos mutuamente, creceremos y produciremos a Cristo.
Por ejemplo, tal vez un hermano diga para sí: ¿Quién soy yo? Yo no soy nada. Los ancianos y los que tienen más experiencia deben cuidar a los demás. Yo sólo soy un pequeño hermano en la iglesia. Yo no puedo ayudar a nadie . Este concepto tiene que ser erradicado de nosotros. Ningún hermano o hermana debe tener el concepto de ser demasiado débil o de tener un nivel de vida demasiado bajo como para regar a otros. Tal vez en efecto usted esté débil, pero no está muerto. Y aunque se sintiera muerto, el hecho de que todavía esté en la vida de iglesia demuestra que no está completamente muerto. Puesto que sigue vivo, usted puede regar a otros. No se considere un inútil. Del mismo modo que todos los miembros de nuestro cuerpo son útiles, así no hay ningún miembro de la iglesia que sea inútil y que no pueda cuidar a otros y regarlos.