Versículos de la Biblia
Filipenses 4:11-13 No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé estar humillado, y sé tener abundancia; en todas las cosas y en todo he aprendido el secreto, así a estar saciado como a tener hambre, así a tener abundancia como a padecer necesidad. Todo lo puedo en Aquel que me reviste de poder.
Palabras del ministerio
(Parte 1 de 3)
Conforme a Filipenses 4:10-13, Pablo aplicaba el secreto a todo lo que le sucedía en la cárcel. Él se encontraba en una prisión de Roma, lejos de los creyentes y de las iglesias que había establecido mediante su ministerio. Sin duda alguna, él sufría tanto psicológica como físicamente. Ciertamente tenía necesidades materiales y no le resultaba fácil estar en la cárcel en tales circunstancias.
En estos versículos Pablo da a entender que padecía necesidad y que requería de algún apoyo material. Cuando padecía necesidad, era humillado. En presencia de los carceleros, de los guardias, y aun de todo el pretorio él padecía necesidad y era humillado. Quizás algunos decían de él: “¡Pobre prisionero! No tiene a nadie que lo cuide ni le brinde ningún apoyo”. Pero luego, de forma inesperada, se presentó Epafrodito con una dádiva de parte de los filipenses (v.18). Por eso, podía declarar: “Pero todo lo he recibido, y tengo abundancia”.
El apóstol estaba humillado antes de la llegada de Epafrodito, pero cuando éste llegó con la ayuda económica, Pablo tuvo abundancia. Sin embargo, él no sabía cuánto tiempo iba a durar ese periodo de abundancia. El apóstol sabía bien que después vendría otro tiempo de necesidad. A pesar de que había pasado por una situación difícil, y ahora se encontraba en la cumbre, estaba consciente de que tal vez sería humillado nuevamente, en un futuro no muy lejano. Esa es la razón por la que primero dijo: “Sé estar humillado, y sé tener abundancia”. Puesto que estaba consciente de que su situación podía cambiar nuevamente, él afirmó que había aprendido a estar saciado, así como a tener hambre.