Jueves, 25 Mayo 2023 02:00

EL FUEGO DEL ESPÍRITU ES LIBERADO POR MEDIO DE LA MUERTE (2)

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Versículos de la Biblia

Apocalipsis 4:5 Y del trono salían relámpagos y voces y truenos; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete Espíritus de Dios.

Hechos 2:2-4 Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas, como de fuego…Y fueron todos llenos del Espíritu Santo…

Palabras del ministerio
(Parte 2 de 2)

En 12:49 el Señor Jesús dice: “Fuego he venido a echar sobre la tierra; y ¡cómo quisiera que ya estuviera encendido!” Este “fuego” es el impulso de la vida espiritual, que procede de la vida divina … Su vida estaba escondida, y Él quería que fuera liberada. Él deseaba que el fuego se convirtiera en llama.

En el versículo 49 el Señor dice: “¡Cómo quisiera que ya estuviera encendido!” Esta porción del versículo también puede traducirse “¡cómo deseo que ya fuera encendido!” Esto indica que antes de la muerte del Señor, el fuego no estaba encendido. En el relato que se halla en el libro de los Hechos sabemos que después de la muerte del Señor este fuego se convirtió en una llama.

En 12:50 el Señor añade: “De un bautismo tengo que ser bautizado; y ¡cómo me angustio hasta que se cumpla!” La palabra bautismo nos recuerda las palabras del Señor a Jacobo y a Juan en Marcos 10:38: “¿Podéis beber la copa que Yo bebo, o ser bautizado con el bautismo con que Yo soy bautizado?” Tanto la copa como el bautismo se refieren a la muerte del Señor. La copa indica que Su muerte era la porción que Dios le daba para tomar por los pecadores, quienes serían redimidos para Dios. El bautismo denota que Su muerte fue ordenada por Dios como el camino que Él tenía que pasar a fin de efectuar la redención de los pecadores.

La palabra traducida me angustio en Lucas 12:50 también puede traducirse me constriño. El Señor estaba constreñido en Su carne, de la cual se había vestido en la encarnación. Él necesitaba morir, ser bautizado, en la muerte física, para que Su ser divino ilimitado e infinito junto con Su vida divina pudiesen ser liberados de Su carne. Su vida divina, después de ser liberada por Su muerte física, llegó a ser el impulso de la vida espiritual de Sus creyentes en resurrección.

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