El caballo Arco, de propiedad de José Jaramillo Vallejo, un hombre del Eje Cafetero nacido en 1892 y que murió en 1978 a los 86 de edad, se convirtió en el ejemplar equino más prolífico de Colombia.
Muchos jueces de competencias equinas como Jorge Vergara Sánchez e historiadores como Mario Gómez Caballero lo consideraron el reproductor total para buscar animales que compitieran en la trocha colombiana.
Incluso, la jueza nacional Ángela Ochoa, lo denominó como el jefe de raza más importante en el andar de trocha colombiana, pues según los datos de Fedequinas registró 1.067 hijos durante su vida.
Este ejemplar era hijo del mítico Don Danilo, único caballo capaz de dominar los cuatro andares criollos. En su linaje materno se encuentra Flecha, una yegua con una descendencia importante que va desde Marino, el primer caballo del señor Jaramillo Vallejo y que fue un icono en toda la región del Eje Cafetero y del norte del Valle para ser cruzado con diferentes hembras.
Una yegua soachuna, hija de Marino dijo vida a Arco tras cruzarse con Don Danilo.
“Arco tenía un tren superior mejor, trochaba con mayor potencia. En ese entonces se juzgaba una trocha pesada y poderosa, se consolidó como el mejor caballo en esa competencia y el reproductor total”, dice la historia.
Según la jueza nacional Ángela Ochoa, en 1970 volvió a competir en la Exposición de Medellín que celebró en diciembre de ese año el Fondo Ganadero de Antioquia donde se coronó campeón trochador y fue declarado fuera de concurso.
El primer hijo de Arco, según Ochoa, se llamó Canciller, que a los 36 meses obtuvo el título de campeón trochador, como su padre. Desde entonces fue el caballo predilecto para preñar a las yeguas trochadoras y trotonas.
Arco murió el 4 de julio de 1995, con una descendencia única y que lo convirtió en el jefe de raza por diagonales en la historia del caballo criollo colombiano.
Fuente: Fragmanetos tomados de la revista Agronegocios