La Investigación es un proceso inmerso en el trabajo de Los Periodistas y, por consiguiente, es la esencia de la actividad informativa seria y responsable.
Sin embargo, por falta de preparación o abundancia de maledicencia en el informador, es factible confundirla con la denuncia.
Esta confusión poco a poco se entroniza entre quienes laboran en Medios de Comunicación, generando caos, incertidumbre, polarización e incredulidad entre las comunidades y la sociedad en general.
La Investigación Periodística es un trabajo para establecer causas y autores de un hecho registrado en la comunidad. Exige llegar a las fuentes, escudriñar documentos, comparar acontecimientos, identificar a personas y organizaciones, disponer de datos, ordenamiento cronológico de sucesos, verificar impactos y configurar unas conclusiones.
Los pormenores de una Investigación se revelan cuando está terminada; cuando se dispone de los argumentos; existen las pruebas y la documentación; está culminado el proceso y las evidencias que garantizan la veracidad del contenido.
Toda información exige un mínimo de Investigación.
La denuncia, parte de un dato tomado como cierto, se divulga, pero, se carece argumentos o pruebas para mostrar responsables.
La denuncia satisface intereses personales, no educa ni genera confianza colectiva, pero, indiscutiblemente, tiene inmensa acogida en población alienada, con escasa formación académica y con alto sentido desprestigiador.
Facilita el chantaje y por consiguiente difama.
La denuncia es fácil de hacer, la investigación exige esfuerzo y conocimiento.
Por la ligereza y laxitud en la denuncia, el Periodismo pierde credibilidad y se precipita por despeñadero insondable.
Muchos tratan de ser Periodistas, pero, muy pocos consiguen serlo, al carecer del espíritu investigativo y en cambio están hinchados de denuncitis irracional e desfundamentada.