Acaba de realizarse la tradicional celebración del Festival del Bambuco, un evento que compromete a Neiva y al Huila de desde hace 58 años. El del presente año, como todos los demás, una vez culminó, ha venido siendo objeto de diversos comentarios, a favor y en contra, sobre la forma como se cumplieron sus objetivos, tanto culturales como económicos, dependiendo de las visiones e intereses de cada quien, lo cual deja ver la necesidad y la importancia de que al finalizar cada festival, se haga un estudio de evaluación, lo más objetivo posible, sobre sus resultados y se dé a conocer.
Para algunos, lo esencial del festival es la promoción de la cultura regional y andina a través del baile del Sanjuanero huilense a cargo de las reinas, así como de las demás costumbres que derivan de las tradiciones musicales, gastronómicas, vestimenta y otras, que han caracterizado al territorio huilense desde el siglo XVIII.
Para otros, lo esencial son los resultados económicos obtenidos y en lo cual juega mucho la presencia de turistas y visitantes, quienes a través del sistema hotelero, compras en el comercio y, compras en las ferias y exposiciones, el uso de restaurantes, el transporte, la recreación, etc. fortalecen los ingresos de las personas por los servicios que han prestados.
En el caso del anterior festival, a muchos nos llamó la atención tanto la calidad de los productos artesanales y productos mercantiles ofrecidos en las ferias que se realizaron en el marco de su realización. Particularmente la feria artesanal, en la que los artesanos huilenses mostraron su gran creatividad en la elaboración de artículos para la oferta a sus visitantes. En bastantes de ellos se vio cómo ya se está interpretando el cambio de mentalidad que requiere la humanidad en relación con la necesidad de enfrentar la crisis ambiental a la que el mundo estará abocado en pocos años, sino se modifican las costumbres del consumo familiar. Sustituir, por ejemplo, las bolsas de plástico para hacer mercado, por los canastos de bejuco, como se hacía antes.es algo importante de resaltar.
El Festival requiere, además, un análisis y de los elementos sociológicos y antropológicoslas que lo alimentan. Para algunos, el festival de los últimos tiempos, ya poco es lo que parece a los festivales que se hicieron en la década de los años sesenta del siglo pasado en los cualesen el tiple, la guitarra y el requinto era lo que lo caracterizaba, como dicen los estudiosos de la historia urbana y rural del Huila, lo cual quiere decir que los festivales de estos tiempos, no conservan las tradiciones de otros tiempos.