No hay derecho
Todos hemos dicho o escuchado muchas veces esta expresión de la sabiduría popular que connota hechos y conductas que vulneran el más elemental sentido de la justicia, de la dignidad humana de las sanas costumbres. Esta expresión ayuda también a construir una representación significativa de la realidad que vivimos los colombianos y colombianas en este momento histórico, en medio de la mayor crisis sanitaria.
Llama la atención cómo el presidente Duque ha usado los poderes extraordinarios otorgados por el Decreto 417 de 2020, el cual declaró el estado de emergencia a raíz de la pandemia que enfrentamos, para tomar medidas que no van dirigidas a uno de los aspectos esenciales sobre los cuales se fundamentó y motivó dicha declaratoria, como es la necesidad de fortalecer el sistema de salud para hacerle frente a la Covid 19.
De los ciento siete decretos expedidos por el gobierno nacional y analizados por expertos, tan solo once están relacionados directamente con el sistema de salud. Algunos afectan, niegan la participación ciudadana y demuestran la ausencia total de instancias de veeduría ciudadana de las diversas cuentas y fondos creados durante la pandemia que concentran recursos multimillonarios, gran parte provenientes de fuentes como las pensiones o las empresas estatales. Otros generan preocupación en torno al respeto de los derechos humanos, al funcionamiento del Estado Social de Derecho y al sistema de división de poderes. Vía decretos se percibe el virus autoritario de Duque.
Se creó el Fondo de Mitigación de Emergencias FOME con recursos a cargo de las entidades territoriales como los del FONPET, sin concertar con los mandatarios locales y lo más grave: en este fondo no se incluye de manera explícita el fortalecimiento del sistema de salud como uno de los usos que se le deben dar a los recursos de esta entidad, pero si se estipula claramente su uso para apoyar operaciones de liquidez del sector financiero.
No hay derecho que mientas crece el desempleo, el cual en mayo alcanzó un 21.4% afectando con mayor énfasis a las mujeres según el DANE, que mientras el agro , la educación entre otros sectores están desfinanciados, mientras miles de pequeñas y medianas empresas nuestras se declaran insolventes o se liquidan, el presidente Duque decida de manera arbitraria e irresponsable , sin ningún pudor ni sentido ético, entregarle un crédito por 370 millones de dólares con los recursos del FOME a la aerolínea Avianca , de la cual es vicepresidenta de relaciones estratégicas su hermana Maria Paula Duque.
El gobierno nacional prefiere entregar ese dinero a Avianca, empresa declarada en bancarrota antes de la pandemia y no financiar la matricula cero para miles de estudiantes universitarios, o la renta básica para millones de ciudadanas y ciudadanos colombianos que están en pobreza extrema. Es una infamia. No hubo préstamos directos a bajos intereses para Pymes, o recursos para pagar los salarios atrasados del personal de salud, pero si muchos billones para el voraz e inhumano sistema financiero y para una aerolínea cuyo ex presidente y mayor accionista está preso en Brasil.