Los accidentes en motocicletas, el mal de cada día
Mientras que las autoridades municipales en algunas localidades toman medidas para la prevención de accidentes, hacen campañas para que sus conductores acaten las mínimas medidas de seguridad y la policía y autoridades de tránsito aplican el cumplimiento de las normas, pareciera que éstas importan poco para los avezados motociclistas que desafían los riesgos a costa de su vida y de la de los demás.
En 2019 los siniestros viales en Colombia dejaron 1.881 personas fallecidas y 9.333 lesionas, según estadísticas de la Agencia Nacional de Seguridad Vial en el periodo enero abril.
El mismo informe indica que en el Huila se registraron 68 personas fallecidas, siendo los motociclistas los de mayor afectación con 51 accidentes, que representaron el 75% en 2019. A hoy, estas cifras pueden ser muy superiores.
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Del mes de enero de 2020 no existen publicadas estadísticas oficiales de siniestralidad en motocicletas con número de personas fallecidas y lesionadas. Solo nos atendríamos a los reportes de prensa, que reflejan datos alarmantes de muertos y lesionados, con un problema muy grave, que se siguen matando los jóvenes a bordo de las motocicletas.
Para el caso del accidente del domingo 1 de marzo por la noche en la vía a Isnos a la altura de la vereda El Mortiño, donde perdieron la vida dos jóvenes, uno de ellos, incinerado tras incendiarse su moto con el impacto, según la policía, uno de ellos conducía en estado de alicoramiento.
Dos vidas cobra la imprudencia y deja a sus familias sumidas en el dolor y la incertidumbre.
El papel de las autoridades es el de ajustar los procedimientos legales para la aplicación de las normas de tránsito, así nos parezcan exageradas. Pero si el motociclista acata las medidas de protección, como utilizar el casco reglamentario, el chaleco reflector, las canilleras y coderas y conducir en estado de sobriedad y a la velocidad permitida de acuerdo al estado de las vías, estarán salvando sus vidas y las de los transeúntes.
Mientras tanto, seguramente seguiremos siendo testigos de los lamentables accidentes de tránsito, donde las estadísticas continuarán registrando a motociclistas involucrados, muchos de ellos, fallecidos, otros en clínicas y hospitales tratando de recuperarse de los traumas y secuelas que dejan, como quedar con limitaciones físicas y de movilidad.
Antes de comprar y conducir una motocicleta, hágase un examen de conciencia de cómo la va a operar, si cuenta con la solvencia mental equilibrada para hacerlo, sin acudir al consumo de alcohol o drogas sicoactivas.
Cortemos ahí el mal de cada día: Los accidentes en motocicletas.