Redimidos por Su Sangre. No temas, porque yo te he redimido
No temas, pues no serás avergonzada; ni te sientas humillada, pues no serás agraviada;
sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud, y del oprobio de tu viudez no te acordarás más. Porque tu esposo es tu Hacedor,
el SEÑOR de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor es el Santo de Israel, que se llama Dios de toda la tierra.
He disipado como una densa nube tus transgresiones, y como espesa niebla tus pecados. Vuélvete a mí, porque yo te he redimido. Con sangre preciosa, como de un cordero sin tacha y sin mancha. Pero su Redentor es fuerte, el SEÑOR de los ejércitos es su nombre;
defenderá su causa con energía.
Mi Padre que me las dio es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano del Padre. Gracia a vosotros y paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo, que se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos de este presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Is. 43:1; 54:4,5; 44:22 1 Peter 1:19 Je.50:34 Jn.10:29 Gal.1:3-5